15.09.17.-
La sonda espacial Cassini ha finalizado de forma espectacular su
extraordinario viaje de exploración por el sistema saturniano,
sumergiéndose en la atmósfera del planeta gaseoso.
La confirmación del final de la misión
llegó al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena,
California, a las 11:55 GMT, tras haberse perdido la señal de la nave 83
minutos antes en Saturno, a unos 1.400 millones de kilómetros de la
Tierra.

Los científicos de la misión Cassini en el JPL se felicitan tras dar pon finalizada la misión. Image Credit: NASA/JPL
Cuando, según lo previsto, se agotó el
combustible necesario para maniobrar la nave, que durante los últimos 13
años ha viajado por Saturno y sus lunas, la misión acabó con la
inmersión programada en el planeta. De esta forma queda garantizado que
las lunas heladas de Saturno —y en particular
Encelado y su océano— no
corran riesgo de contaminarse con los microbios terrestres que podrían
quedar a bordo de la nave, dejándolas inmaculadas para su futura
exploración.
Cassini ha pasado los últimos cinco
meses sumergiéndose entre los anillos de Saturno y su atmósfera en una
serie de 22 órbitas finales, que han culminado con la despedida
definitiva a Titán el lunes, tras lo cual se puso rumbo al planeta.
La entrada en la atmósfera comenzó un
minuto antes de perderse la señal y la nave siguió enviando datos
científicos en tiempo casi real hasta que su antena dejó de apuntar
hacia la Tierra. Las últimas imágenes se enviaron ayer, antes de la
inmersión definitiva, y durante los últimos momentos se efectuaron
mediciones de la densidad de plasma, el campo magnético, las
temperaturas y la composición atmosférica a una profundidad inédita
hasta ahora de la atmósfera saturniana.

Última imagen de Saturno captada por Cassini el 14 de Septiembre, cuando la nave se encontraba a 634.000 km del planeta. Image Credit: NASA/JPL
Lanzada el 15 de octubre de 1997,
Cassini llegó a la órbita de Saturno el 30 de junio de 2004, llevando a
bordo la sonda Huygens de la ESA, que aterrizó en Titán el 14 de enero
de 2005. Durante las dos horas y media que duró su descenso, reveló la
superficie que hasta ese momento había permanecido oculta por la densa
atmósfera de la luna saturniana, mostrando un mundo de paisajes
enigmáticamente similares a los terrestres.
Cassini continuó realizando desde su
órbita sorprendentes descubrimientos en Titán, dado que su radar
localizó lagos y mares de metano y otros hidrocarburos, por lo que
constituye el único lugar conocido de nuestro Sistema Solar con líquido
estable en su superficie. En la atmósfera de esta luna,
Cassini detectó
numerosas moléculas orgánicas complejas, algunas de las cuales están
consideradas componentes esenciales para la vida en la Tierra.
No obstante, las lunas de Saturno
continuaron sorprendiéndonos con uno de los principales descubrimientos
de toda la misión: la detección de columnas heladas procedentes de
fisuras en el hemisferio sur de Encélado. Posteriores descubrimientos
mostrarían actividad hidrotermal en el fondo del suelo marino, lo que
indicaría que este mundo es uno de los lugares más prometedores para
buscar vida fuera de la Tierra.

A lo largo de su misión, Cassini pudo captar a través de sus cámaras las distintas características de los anillos de Saturno. Image Credit: NASA/JPL
La misión también puso de relieve las
características únicas del resto de lunas de Saturno, desde Japeto y su
cordillera ecuatorial hasta Hiperión, que parece una esponja gigante, y
desde Pan con su forma de ravioli hasta Mimas, que nos recuerda a la
Estrella de la Muerte de La Guerra de las Galaxias.
Muchos de los descubrimientos de Cassini
pueden atribuirse a la longevidad de la misión, que ha incluido dos
extensiones, lo que ha permitido a la nave abarcar la mitad del ciclo
estacional de Saturno. La primera extensión se concedió con el fin de
observar cambios a medida que el planeta alcanzaba el equinoccio,
momento en que la luz del Sol incidió paralelamente sobre los anillos.
Más tarde se autorizó una extensión de otros siete años para hacer un
seguimiento de los recientes descubrimientos en Encélado y Titán, y para
estudiar cómo el Sol de verano brillaba sobre el hemisferio norte de
Saturno y de sus lunas, mientras la oscuridad invernal llegaba al sur.

El 13 de Septiembre, las cámaras de Cassini captaron esta última imagen correspondiente a los anillos de Saturno. Image Credit: NASA/JPL
Estas extensiones de la misión han sido
cruciales para dar cuenta de la evolución de fenómenos dinámicos de
pequeña escala en los anillos, como las ‘hélices’, perturbaciones en los
anillos provocadas por lunas menores. A lo largo del tiempo, las ‘cuñas
radiales’ en los anillos de Saturno —formaciones que giran con los
anillos, como los radios de una rueda— aparecían y desaparecían con las
estaciones. Durante el equinoccio, se revelaron con todo detalle las
estructuras verticales de los anillos, empujadas por las perturbaciones
gravitacionales de las lunas cercanas.
Como afirma Nicolas Altobelli,
científico del proyecto Cassini de la ESA, “Cassini y Huygens
representan un formidable logro científico, tecnológico y humano”.
“La misión nos ha inspirado con sus
prodigiosas imágenes, incluyendo la lección de humildad que nos dan las
vistas a lo largo de más de mil millones de kilómetros de distancia
hasta el minúsculo punto azul que constituye nuestro planeta. Como es
lógico, nos entristece que la misión acabe, pero también es el momento
de celebrar este viaje pionero, que nos deja un rico legado de ciencia e
ingeniería que allanará el camino para futuras misiones”.
Los planificadores de misiones ya
disponen de una nueva generación de exploradores de planetas océano,
aunque por ahora va a ser Júpiter quien asuma el protagonismo. La ESA
está preparando el lanzamiento en 2022 del orbitador de las lunas de
hielo jovianas, JUICE, que se centrará en el potencial de habitabilidad
de sus grandes satélites acuáticos —Europa, Ganímedes y Calisto—,
mientras que la NASA planifica la misión Europa Clipper, dedicada a
sobrevolar esa luna helada.
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