
Crédito de la imagen: ESA/ATG Medialab
La
misión Solar Orbiter de la ESA en colaboración con la NASA ya se
encuentra ultimando los detalles para su lanzamiento. Está previsto que
Solar Orbiter despegue desde Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de un
cohete Atlas V 411 el próximo 8 de Febrero a las 4:15 GMT.
El objetivo
de esta misión será estudiar de cerca el Sol y la heliosfera interior
(las regiones inexploradas y más cercanas a nuestra estrella) y así
comprender, e incluso predecir, el comportamiento errático de la
estrella de la cual dependen nuestras vidas.
Una vez que se haya separado del
vehículo de lanzamiento, tendrá lugar una secuencia de activación
automática de 22 minutos tras la cual el equipo de control tomará las
riendas para dar comienzo a la fase de lanzamiento y órbita temprana
(LEOP).
Esos primeros momentos de la vida de una
misión son críticos: es ahí cuando despierta la nave, extiende sus
paneles y los equipos en tierra comprueban su estado tras los rigores
del lanzamiento.
Algunos de los componentes de los
instrumentos científicos de Solar Orbiter se encuentran en un brazo de
4,4 metros de longitud, alejados del cuerpo de la nave y sus posibles
interferencias. Este brazo debe desplegarse antes de que se enciendan
ciertos propulsores químicos, que podrían contaminar los instrumentos
durante las maniobras.
Una vez que los sistemas e instrumentos
de Solar Orbiter estén en funcionamiento, el satélite entrará en la fase
de crucero, que se extenderá hasta Noviembre de 2021. Durante este
periodo, llevará a cabo dos maniobras de asistencia gravitatoria
alrededor de Venus y otra de la Tierra para alterar la trayectoria de la
nave y guiarla hacia las regiones interiores del sistema solar.
Solar Orbiter pasará por primera vez
cerca del Sol a finales de Marzo de 2022, a un tercio de la distancia
entre nuestro planeta y la estrella. En ese momento, la nave se hallará
en una órbita elíptica inicial de 180 días que le permitirá aproximarse
al Sol cada seis meses.
En su punto más cercano, la nave se
acercará al Sol más de lo que ninguna otra misión ha logrado, soportando
un calor abrasador, y llevará sus telescopios hasta casi un cuarto de
la distancia de nuestro planeta a la estrella. Así, proporcionará datos e
imágenes únicos del Sol.
Solar Orbiter será el primer satélite en
ofrecer imágenes de cerca de las regiones polares del Sol, muy
difíciles de observar desde la Tierra, desde latitudes superiores a los
25 grados.
Será capaz de casi coincidir con la rotación del Sol
alrededor de su eje durante varios días, por lo que permitirá ver por
primera vez cómo se forman las tormentas solares durante un periodo
prolongado desde un mismo punto.
También proporcionará datos sobre el
lado del Sol no visible desde la Tierra.
A casi un cuarto de la distancia de la
Tierra al Sol, Solar Orbiter quedará expuesto a una radiación solar 13
veces más intensa que la que experimentamos en la Tierra.
Así, el
satélite deberá soportar potentes emisiones de partículas atómicas
procedentes de explosiones en la atmósfera solar.
Para resistir al entorno adverso y a las
altísimas temperaturas, Solar Orbiter debe estar bien equipado.
Aprovechará nuevas tecnologías desarrolladas por la ESA para la misión
BepiColombo a Mercurio, el planeta más cercano al Sol, como paneles
solares termorresistentes y una antena de alta ganancia y alta
temperatura.
Las imágenes de cerca de los extraños
paisajes solares, donde el gas brillante danza y se ensortija en el
potente campo magnético, se prometen espectaculares.
Mostrarán detalles
de 180 km de ancho (pensemos que el ancho del disco solar visible es de
1,4 millones de kilómetros). No solo los científicos, también el público
en general quedará fascinado con la frenética actividad del Sol, tan
apacible a primera vista.
En el momento de máxima velocidad a lo
largo de su órbita alrededor del Sol, Solar Orbiter alcanzará la misma
velocidad con que nuestra estrella rota sobre su eje. Será la primera
vez en la historia de la exploración solar que una nave lo logre.
Solar
Orbiter será capaz de hacer el seguimiento de una determinada región de
la atmósfera solar durante mucho más tiempo que desde la Tierra.
De este
modo será posible observar durante días cómo se forman las tormentas en
la atmósfera.
Actualizado: 27/1/2020
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