“Esperábamos que Ceres nos sorprendiera”, dijo Chris Russell, el investigador principal de la misión Dawn, con sede en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA, por su acrónimo en idioma inglés). “Pero no esperábamos que nos sorprendiera tanto”.
Estas dos vistas de Ceres fueron captadas por la nave espacial
Dawn, de la NASA, el 12 de febrero de 2015, desde una distancia de
aproximadamente 83.000 kilómetros (52.000 millas) mientras el planeta
enano rotaba. El tamaño de las imágenes ha sido aumentado. Crédito de la
imagen: NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA
“Sabíamos con anterioridad que había áreas luminosas en Ceres gracias al Telescopio Espacial Hubble”, dijo Russell. “Sin embargo, en esas imágenes tomadas desde una distancia superior a 290 millones de kilómetros (180 millones de millas), las manchas luminosas parecen ser grandes”.
Pero, a una distancia corta, la cámara de Dawn comenzó a revelar algo diferente.
“Otra manera de expresar esto es en fractales”, agrega. “La mayoría de las superficies planetarias que vemos tienen cráteres que siguen un patrón aleatorio. Cuando nos acercamos, tal como sucede con los fractales, la superficie se ve igual sin importar la escala”.
“Sin embargo, la mancha luminosa nos indica que existe un fenómeno que actúa a una escala muy pequeña y NO a la escala mayor de los cráteres”.
“Y como no tengo idea de qué es esto, estoy desconcertado”.
Ceres tal como lo vio hace algunos años el Telescopio Espacial
Hubble. Crédito: NASA, ESA, J. Parker (Instituto de Investigaciones del
Sudoeste o Southwest Research Institute, en idioma inglés), P. Thomas
(Universidad Cornell) y L. McFadden (Universidad de Maryland, College
Park)
“A pesar de que Ceres se encuentra en el cinturón de asteroides, es completamente distinto a los asteroides”, dijo el director de la misión Dawn, el ingeniero en jefe y bloguero líder, Marc Rayman.
Con un diámetro ecuatorial de alrededor de 974 kilómetros (605 millas), Ceres tiene un área total que es un 38 por ciento mayor que la de Estados Unidos continental, o cuatro veces el área de Texas, escribió Rayman en su blog. Su tamaño, su forma casi esférica y otros factores, llevaron a los astrónomos a clasificarlo como un planeta enano. Además, es el cuerpo de mayor tamaño entre el Sol y Plutón (otro planeta enano) que nunca fue visitado por ninguna nave espacial.
“La Tierra está a punto de conocer un mundo nuevo y fascinante”, dijo Rayman.
Las manchas luminosas podrían ser apenas el comienzo de las sorpresas que nos esperan. Manténgase conectado a Ciencia@NASA para obtener más actualizaciones.
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