15.05.18.-
A primera vista, esta imagen podría parecer una descarga eléctrica o un
chorro de tinta roja filtrándose en el agua, pero se trata de una vista
única de nuestro hogar en el cosmos. Esta imagen del plano central de
la Vía Láctea es obra del satélite Planck de la ESA y el Experimento
Pionero de Atacama (APEX), situado a unos 5.100 m de altitud en los
Andes chilenos y operado por el Observatorio Europeo Austral.
La imagen fue publicada en 2016 como
producto final de un estudio de APEX que cartografió el plano galáctico
visible desde el hemisferio sur a ondas submilimétricas (situadas entre
las ondas infrarrojas y de radio en el espectro electromagnético).
Complementa a los datos de los observatorios espaciales Planck y
Herschel de la ESA.
Planck y APEX forman la pareja ideal.
APEX visualiza con todo detalle pequeños fragmentos del cosmos, mientras
que los datos Planck son perfectos para estudiar áreas a gran escala.
Además, abarca la totalidad del firmamento, algo nada sencillo. Los dos
se complementan bien y ofrecen una perspectiva única del Universo.
La imagen revela numerosos objetos en
nuestra galaxia. Las manchas brillantes a lo largo del plano de la Vía
Láctea son fuentes compactas de radiación submilimétrica: regiones muy
frías, polvorientas y llenas de acumulaciones que permitirían estudiar
innumerables cuestiones, desde cómo se forman las estrellas hasta la
estructura del Universo en conjunto.
De derecha a izquierda, las fuentes más
notables incluyen a NGC 6334 (fragmento brillante en el extremo
derecho), NGC 6357 (a la izquierda de NGC 6334), el propio centro
galáctico (el fragmento central, más brillante y más grande en la
imagen), M8 (el trazo brillante hacia la parte inferior izquierda del
plano) y M20 (visible por encima y a la izquierda de M8). Aquí puede
consultarse una vista etiquetada.
Planck fue lanzado el 14 de mayo de 2009
y concluyó su misión en octubre de 2013. El telescopio proporcionó una
cantidad ingente de información sobre el cosmos. Su principal objetivo
era estudiar el fondo cósmico de microondas, los vestigios de la
radiación del Big Bang. Entre otros hitos, Planck dio lugar a un mapa
completo del fondo de microondas con una sensibilidad y una precisión
sin precedentes, y tomó la ‘huella magnética’ de la Vía Láctea al
explorar el comportamiento de cierta luz emitida por el polvo de nuestra
galaxia.
Sus observaciones ayudan a los
científicos a explorar y comprender cómo se formó el Universo, su
composición y su contenido, así como su evolución desde su nacimiento
hasta el presente.
APEX es fruto de la colaboración entre
el Instituto Max Planck de Radioastronomía, el Observatorio Espacial de
Onsala (OSO) y el Observatorio Europeo Austral (ESO). El telescopio es
operado por ESO.
Image Credit: ESO/ATLASGAL consortium; ESA/Planck
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