29 de julio de 2014: Las
moscas de la fruta tienen ojos saltones y son alargadas y delgadas, les
encantan las bananas en mal estado y, siguiendo órdenes de sus cerebros
del tamaño de un alfiler, pueden poner cientos de huevos por día.
Tenemos mucho en común.
Desde el punto de vista genético, las personas y las moscas de la
fruta son sorprendentemente parecidas, explica la bióloga Sharmila
Bhattacharya, del Centro de Investigaciones Ames (Ames Research Center,
en idioma inglés), de la NASA. “Alrededor del 77% de los genes que
ocasionan las enfermedades humanas tienen una contraparte reconocible en
el código genético de las moscas de la fruta, y el 50% de las
secuencias de proteínas de la mosca tienen análogos en los mamíferos.
En un nuevo video de ScienceCast se considera a la mosca de la fruta como un astronauta: la Drosophila melanogaster podría ayudar a la NASA a viajar más profundo que nunca en el espacio. Reproducir el video (en idioma inglés)
Ellas están a punto de convertirse en modelos genéticos para los
astronautas. “Estamos enviando moscas de la fruta a la Estación Espacial
Internacional”, dice Bhattacharya. “Orbitarán la Tierra junto con los
astronautas, ayudándonos a explorar los efectos que tienen los viajes
espaciales a largo plazo sobre los seres humanos”.
Las moscas vivirán en un hábitat desarrollado en el centro Ames,
llamado “Laboratorio de la Mosca de la Fruta” (Fruit Fly Lab, en idioma
inglés). En su interior, llevarán la apurada vida de las moscas de la
fruta: vivirán, morirán, se reproducirán y experimentarán la misma
radiación espacial y la misma gravedad que sus contrapartes humanos. Las
cámaras registrarán el comportamiento y la apariencia de estos
astronautas en miniatura; y, a ciertos intervalos, algunas de estas
moscas serán congeladas y enviadas de nuevo a la Tierra para su
análisis.
Esta investigación fue recomendada por el mismo Consejo Nacional
de Investigaciones (National Research Council, en idioma inglés). En una
reciente Encuesta Decadal, el consejo destacó que “los sistemas de
modelos ofrecen conocimiento cada vez más valioso sobre la biología
básica”. Asimismo, ellos solicitaron “un esfuerzo organizado para
identificar cambios comunes en la expresión de los genes entre los
sistemas modelo clave en el espacio”.
“El Laboratorio de la Mosca de la Fruta nos permitirá investigar una variedad de preguntas, como el efecto de los vuelos espaciales sobre el envejecimiento, la salud cardiovascular, el sueño, el estrés y mucho más”, señala la investigadora.
Visite la página en Internet del Laboratorio de la Mosca de la Fruta (en idioma inglés)
El vuelo del trasbordador fue relativamente breve, duró solo 13
días, pero los astronautas que viajen a Marte y a otros lugares
distantes estarán mucho más tiempo en el espacio. El hábitat de la mosca
de la fruta instalado permanentemente en la EEI (Estación Espacial
Internacional) permite a los investigadores realizar estudios que están
directamente relacionados con los vuelos espaciales de larga duración.
Los estudios vinculados con el sistema inmunitario de los
astronautas humanos pueden ser engañosos porque cada astronauta tiene su
propio código genético idiosincrásico. “Lo que resulta interesante de
las moscas que enviamos es que son todas genéticamente idénticas”,
destaca Bhattacharya. “Podemos hacer una ciencia mucho mejor con esa
población”.
Las moscas que viajen a bordo de la estación espacial también
tendrán su propio “desfile de carnaval”. Una centrífuga de 1g someterá a
las Drosophila al equivalente a la gravedad de la Tierra, lo
que por primera vez permitirá a los investigadores desentrañar cuáles
son las influencias que ejercen la radiación y la gravedad. “Esto es
investigación de vanguardia”, señala la científica, claramente
entusiasmada con este nuevo dispositivo.
El lanzamiento del Laboratorio de la Mosca de la Fruta está
programado para fines del verano (boreal) de 2014, a bordo de un cohete
Space-X.
Quizás deberían empacar también algunas bananas. En mal estado, si no es mucha molestia.