17.08.16.-
Utilizando data del observatorio SOFIA de la NASA y de otros
observatorios, un equipo de investigadores internacionales ha estudiado
cómo una tipo particular de moléculas orgánicas, las materias primas
para la vida, se podrían desarrollar en el espacio. Esta información
podría ayudar a los científicos a comprender mejor cómo se pudo
desarrollar la vida en la Tierra.
Bavo Croiset de la Universidad de Leiden
en los Países Bajos y otros investigadores se centraron en un tipo de
molécula llamada Hidrocarburo Aromático Policíclico (PAHs por sus siglas
en inglés), que son moléculas planas que constan de átomos de carbono
dispuestos en un patrón de panal, rodeadas de hidrógeno.
Los PAHs representan el 10% del carbono
en el universo y se encuentran en la Tierra cuando se liberan mediante
la combustión de material orgánico como carne, caña de azúcar, madera,
etc. El equipo de Croiset determinó que cuando los PAHs en la nebulosa
NGC 7023, también conocida como la nebulosa Iris, son golpeados por la
radiación ultravioleta de la estrella central de la nebulosa, se
convierten en moléculas más grandes y complejas. Los científicos
plantean la hipótesis de que el crecimiento de moléculas orgánicas
complejas como PAH es uno de los pasos que conducen a al surgimiento de
la vida.
Algunos modelos actuales predicen que la
radiación de una estrella cercana recién nacida y masiva tendería a
descomponer las grandes moléculas orgánicas en otras más pequeñas, en
vez de construirlas. Para probar estos modelos, los investigadores
querían estimar el tamaño de las moléculas en diferentes ubicaciones en
relación con la estrella central.
El equipo de Croiset utilizó el
observatorio SOFIA para observar la nebulosa NCG 7023 con dos
instrumentos, el FLITECAM, una cámara de infrarrojo cercano y FORCAST,
la cámara de infrarrojo medio. Los instrumentos de Sofía son sensibles a
dos longitudes de onda que son producidas por estas moléculas
particulares, que pueden ser utilizados para estimar su tamaño. El
equipo analizó las imágenes de SOFIA en combinación con los datos
previamente obtenidos por el observatorio espacial infrarrojo Spitzer,
el telescopio espacial Hubble y el telescopio de Canadá-Francia-Hawaii
en la Isla Grande de Hawaii.
El análisis indica que el tamaño de las
molécula PAH en la nebulosa varía según su ubicación siguiendo un patrón
claro. El tamaño promedio de las moléculas en el centro de la nebulosa,
alrededor de la estrella luminosa, es más grande en la superficie de la
nube en el borde externo de la cavidad.
El equipo concluyó que la variación del
tamaño molecular se debe a que algunas de las moléculas más pequeñas son
destruidas por el campo de radiación ultravioleta de la estrella, y las
moléculas medianas que son irradiadas se combinan hasta formar
moléculas más grandes. Los investigadores se vieron sorprendidos al
darse cuenta que la radiación tenía como resultado el crecimiento y no
la destrucción de la molécula.
La nebulosa NGC 7023, también conocida como la nebulosa Iris.
Image Credit: NASA/DLR/SOFIA