Mayo 13, 2008: La nave Phoenix, de la NASA, está preparándose para el final de su largo viaje a Marte y así comenzar una misión de tres meses en la que probará y "olfateará" puñados de terreno marciano y de hielo sepultado bajo la superficie. Se planea que la nave se pose sobre la superfice del Planeta Rojo el domingo 25 de mayo.

Las grandes rocas, que podrían arruinar la llegada de la nave a la superficie del planeta o impedir que se abran los paneles solares, constituyen el mayor riesgo. No obstante, las imágenes obtenidas por la cámara del Experimento Científico de Imágenes de Alta Resolución (High Resolution Imaging Science Experiment ó HiRISE, por su sigla en idioma inglés), a bordo del Orbitador de Reconocimiento de Marte, de la NASA, muestran de forma detallada las rocas más pequeñas que la nave y esto ha ayudado a disminuir el riesgo.
"Con las imágenes del HiRISE, hemos cubierto casi en su totalidad el área donde se posará la nave", dice Ray Arvidson, de la Universidad de Washington, en St. Louis, presidente del grupo de trabajo del sitio de llegada de Phoenix. "Esta es una de las áreas menos rocosas de todo Marte y confiamos en que las rocas no tendrán un gran impacto perjudicial sobre la llegada de la nave Phoenix, de manera segura".

En 2002, Odyssey, la nave orbitadora de Marte, de la NASA, descubrió grandes cantidades de hielo de agua justo debajo de la superficie en gran parte de las regiones de altas latitudes en Marte. La NASA escogió a la nave Phoenix entre más de 24 propuestas y la convirtió en el primer esfuerzo del programa de Exploración de Marte con misiones seleccionadas de acuerdo con su competitividad.
"La nave Phoenix se posará mucho más hacia el norte de Marte que cualquier otra misión previa", dijo Barry Goldstein, quien es administrador del proyecto Phoenix, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, en idioma inglés), de la NASA, en Pasadena, California.
La nave robótica, que funciona con energía solar, manipulará un brazo mecánico de 2,3 metros de largo para excavar y recoger muestras del terreno y del hielo debajo de la superficie. Los instrumentos de laboratorio a bordo analizarán las muestras. Las cámaras y una estación del clima, de origen canadiense, proporcionarán información adicional sobre el medio ambiente del sitio.

Arriba: Concepción artística: Meses después de su llegada, la nave Phoenix comienza a detener sus operaciones conforme se acerca el invierno. En las regiones de alta latitud, en Marte, no llega luz solar durante el invierno, privando así a la nave, que funciona con energía solar, de electricidad. La escarcha que cubre la región cuando la atmósfera se enfría finalmente sepultará a la nave Phoenix bajo el hielo.
"La misión Phoenix no solamente estudia la capa de hielo subterránea en el Norte, sino que también da el siguiente paso en la exploración de Marte determinando si esta región helada, que abarca el 25 por ciento de la superficie marciana, es habitable", dijo Peter Smith, principal investigador del proyecto Phoenix, en la Universidad de Arizona, en Tucson.
Uno de los objetivos de la investigación es evaluar si las condiciones en este sitio alguna vez han sido favorables para la vida microbiana. La composición y textura del terreno sobre el hielo podrían proporcionar pistas sobre si el hielo alguna vez se derrite en respuesta a ciclos climáticos de larga duración. Otra pregunta importante es si las muestras recogidas contienen compuestos químicos, cuya base es el carbón, que podrían ser los elementos básicos para la vida y para el alimento de los mismos seres vivientes.
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