ha revelado que el planeta está más activo de lo que se esperaba.
Abril 30, 2009: Una nave espacial de la NASA que sobrevoló la superficie de Mercurio ha revelado que la atmósfera, la magnetósfera y el pasado geológico del planeta exhiben un mayor nivel de actividad del que los científicos sospecharon. La sonda también descrubrió la cuenca de un gran impacto, llamada "Rembrandt", que mide cerca de 690 km (430 millas) de diámetro.
Estos nuevos descubrimientos y otros más están informados en cuatro artículos publicados en la edición del 1 de mayo de la revista Science. Los datos provienen de la nave MESSENGER (Mercury Surface, Space Environment, Geochemistry, and Ranging o Superficie, Ambiente espacial, Geoquímica y Cálculo de la distancia de Mercurio). El 6 de octubre de 2008, MESSENGER voló sobre Mercurio por segunda vez, capturando de este modo más de 1.200 imágenes del planeta, en color y en alta resolución.
Derecha: La cuenca de impacto Rembrandt descubierta por MESSENGER durante su segundo sobrevuelo de Mercurio, en octubre de 2008. Crédito de la imagen: NASA/Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins/Instituto Smithsoniano/Instituto Carnegie de Washington. [Más información]
"Este segundo sobrevuelo de Mercurio proporcionó muchos descubrimientos", dijo Sean Solomon, quien es el investigador principal de la sonda, en el Instituto Carnegie de Washington. "Una de las mayores sorpresas fue lo mucho que [la magnetósfera de Mercurio] ha cambiado respecto de lo que vimos durante el primer sobrevuelo, en enero de 2008".
"Durante el primer sobrevuelo, MESSENGER midió campos magnéticos del planeta, de tipo dipolar, relativamente tranquilos. Los científicos no detectaron ninguna característica dinámica que no fueran algunas ondas de Kelvin-Helmholtz", dice James Slavin, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales. Slavin es un coinvestigador en la misión y autor principal de uno de los artículos.
"Pero el segundo sobrevuelo fue una situación totalmente diferente", relató. MESSENGER observó una magnetósfera muy dinámica con "reconexiones magnéticas" que tenían lugar a una tasa 10 veces mayor que la que se observa en la Tierra durante los intervalos más activos. "La alta tasa de inyección de energía del viento solar fue evidente en la gran amplitud de las ondas de plasma y las grandes estructuras magnéticas medidas por el magnetómetro de la nave espacial durante todo el encuentro".
Arriba: Concepto artístico de la sorprendentemente activa magnetósfera de Mercurio. Crédito de la imagen: Imagen producida por la NASA/Centro Goddard para Vuelos Espaciales/Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins/Instituto Carnegie de Washington. Imagen reproducida por cortesía de Science/AAAS. [Más información]
Otro resultado excitante es el descubrimiento de una gran cuenca de un impacto, hasta ahora desconocida. La cuenca Rembrandt tiene más de 700 kilómetros (430 millas) de diámetro y, si se hubiera formado en la costa este de Estados Unidos, se extendería una distancia como la que hay entre Washington D.C. y Boston.
Rembrandt se formó hace aproximadamente 3.900 millones de años, cerca del final del período de bombardeo intenso en el sistema solar interior, sugiere el científico de MESSENGER Thomas Watters, autor principal de otro de los artículos. Rembrandt es importante, no sólo porque es grande, sino también porque está proporcionando a los investigadores la posibilidad de ver la superficie de Mercurio, lo cual no ha sucedido con otras cuencas.
"Esta es la primera vez que vemos terreno expuesto en el piso de una cuenca de impacto en Mercurio, el cual se ha preservado desde que se formó", explica Watters. "Formaciones como las que están reveladas en el piso de Rembrandt, en general, son completamente enterradas por flujos volcánicos".
La mitad de Mercurio era desconocida hasta hace poco más de un año. Globos del planeta estaban en blanco de un lado. Desde entonces, las imágenes proporcionadas por las naves espaciales han revelado el 90 por ciento de la superficie del planeta en alta resolución. Esta cobertura casi global está mostrando, por primera vez, cómo se formó la corteza de Mercurio.
Derecha: En este mapa interpretativo de la superficie de Mercurio, las sombras de color amarillo denotan suaves llanuras de origen volcánico principalmente. Este tipo de terreno cubre aproximadamente el 40% del planeta. La franja blanca (vacía) es la porción de Mercurio que aún no ha sido fotografiada. Crédito de la imagen: NASA/Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins/Universidad Estatal de Arizona/Instituto Carnegie de Washington. [Más información]
"Después de realizar mapas de la superficie, vemos que aproximadamente el 40 por ciento está cubierto por llanuras suaves", dijo Brett Denevi, de la Universidad Estatal de Arizona, en Tempe, quien es miembro del equipo y autor principal de un artículo. "Se interpreta que muchas de estas llanuras suaves son de origen volcánico, y están distribuidas globalmente. La mayor parte de la corteza de Mercurio pudo haberse formado mediante repetidas erupciones volcánicas de manera más parecida a lo que sucedió con la corteza de Marte que de la Luna".
Otro descubrimiento del sobrevuelo es la primera detección de magnesio en la exósfera de Mercurio. La exósfera es una atmósfera ultra delgada donde las moléculas están tan separadas que tienen más probabilidad de chocar con la superficie que entre ellas. El material en la exósfera proviene principalmente de la superficie misma de Mercurio, arrancado por la radiación solar, el bombardeo provocado por el viento solar y la evaporación de meteoroides.
La sonda posee un Espectrómetro de Composición Atmosférica y de Superficie de Mercurio que detectó el magnesio. El hallazgo de magnesio no fue una sorpresa para los científicos, pero la abundancia fue inesperada. El instrumento también midió otros constituyentes exosféricos entre los que se incluyen el calcio y el sodio. Los investigadores creen que grandes cambios diarios en la delgada atmósfera de Mercurio pueden ser causados por la protección variable de su magnetósfera activa.
"Este es un ejemplo de la clase de descubrimientos particulares que el equipo de ciencia combinará para darnos una nueva imagen de cómo se formó el planeta y cómo evolucionó", dice William McClintock, del Laboratorio para Física Atmosférica y del Espacio, en la Universidad de Colorado, en Boulder. McClintock es investigador adjunto y autor principal de uno de los cuatro artículos.
"El tercer sobrevuelo de Mercurio, que tendrá lugar el 29 de septiembre, es nuestro ensayo final para la presentación principal de nuestra misión: la inserción de la sonda en órbita alrededor de Mercurio, en marzo de 2011", dice Solomon. "La fase orbital será como llevar a cabo dos sobrevuelos por día y proveerá una recolección continua de información sobre el planeta y su ambiente durante un año".
"Mercurio se ha mostrado tímido para revelar sus secretos, lo ha ido haciendo de a poco hasta ahora pero, en menos de dos años, el planeta más interno se convertirá en un amigo cercano".
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