25 de febrero de 2015: Los viajes espaciales pueden
ser difíciles y caros; costaría miles de dólares lanzar una botella de
agua hacia la Luna. El reciente descubrimiento de moléculas con
hidrógeno, que posiblemente incluyen al agua, en la Luna ha emocionado a
los exploradores porque se podría extraer estos depósitos si son lo
suficientemente abundantes, ahorrando así el considerable gasto de
llevar agua desde la Tierra. El agua de la Luna se podría usar para
beber o sus componentes (hidrógeno y oxígeno) se podrían emplear con el
fin de fabricar productos importantes en la superficie, los cuales serán
necesarios para los futuros visitantes de la Luna, como el combustible
para cohetes y el aire apto para respirar.

Las observaciones recientes que llevó a cabo la nave espacial
denominada Orbitador de Reconocimiento Lunar (Lunar Reconnaissance
Orbiter o LRO, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, indican que
estos depósitos pueden ser levemente más abundantes en las pendientes de
los cráteres del hemisferio sur que están orientadas hacia el polo sur
de la Luna. “Hay un promedio de aproximadamente 23 partes por millón en
peso más de hidrógeno en las pendientes que están orientadas hacia el
polo (Pole-Facing Slopes o PFS, por su sigla en idioma inglés) que en
las que están orientadas hacia el ecuador (Equator-Facing Slopes o EFS,
por su sigla en idioma inglés)”, afirmó Timothy McClanahan, del Centro
Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center o GSFC, por
su sigla en idioma inglés), de la NASA, ubicado en Greenbelt, Maryland.
Esta es la primera vez que se ha detectado una amplia diferencia
geoquímica en la abundancia de hidrógeno entre las pendientes orientadas
hacia el polo y las pendientes orientadas hacia el ecuador de la Luna.
Es igual a una diferencia del uno por ciento en la señal de neutrones
detectada por el instrumento denominado Detector de Neutrones en la
Exploración Lunar (Lunar Exploration Neutron Detector o LEND, por su
acrónimo en idioma inglés). McClanahan es el autor principal de un
artículo sobre esta investigación publicada en la versión en línea de la
revista
Icarus el 19 de octubre.
El material que contiene hidrógeno es volátil (se evapora con
facilidad) y puede encontrarse en forma de moléculas de agua (dos átomos
de hidrógeno ligados a un átomo de oxígeno) o de moléculas de ión
oxidrilo (un oxígeno ligado a un hidrógeno) que están poco unidas a la
superficie lunar. La causa de la discrepancia entre las PFS y las EFS
puede ser similar a la manera en la cual el Sol moviliza o redistribuye
el agua congelada desde los lugares más templados hacia los más fríos
sobre la superficie de la Tierra, según McClanahan.
“Aquí, en el hemisferio norte, si sales en un día soleado después
de una nevada, verás que hay más nieve en las pendientes orientadas
hacia el norte porque pierden agua a ritmos más lentos que las
pendientes orientadas al sur, las cuales están más iluminadas por el
Sol”, dijo McClanahan.
“Pensamos que se produce un fenómeno similar con
los materiales volátiles en la Luna: las pendientes orientadas hacia el
polo no reciben tanta luz solar como las orientadas hacia el ecuador,
así que este material que se evapora fácilmente permanece más tiempo y
posiblemente se acumula en más cantidad en las pendientes orientadas
hacia el polo”.
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