02.10.16.-
Un equipo japonés de astrónomos, utilizando ALMA, ha descubierto una
masa densa y caliente de moléculas complejas que envuelve, como si fuera
un caparazón, a una estrella recién nacida. Este singular caparazón
molecular caliente es el primero de su clase que ha sido detectado fuera
de la galaxia Vía Láctea. Tiene una composición molecular muy diferente
a la de otros objetos similares de nuestra propia galaxia, una
interesante pista que puede indicarnos que la química que tiene lugar en
el universo podría ser mucho más diversa de lo esperado.
Un equipo de investigadores japoneses ha
utilizado el poder de ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter
Array) para observar una estrella masiva conocida como ST11 situada en
nuestra vecina galaxia enana, la Gran Nube de Magallanes (LMC, de Large
Magellanic Cloud). Se detectó la emisión de una serie de gases
moleculares. Los datos indicaban que el equipo había descubierto una
región concentrada de gases moleculares relativamente caliente y denso
alrededor de la estrella recién encendida ST11. Esto evidenciaba que
habían encontrado algo nunca antes visto fuera de la Vía Láctea: un
núcleo molecular caliente.
Takashi Shimonishi, un astrónomo en la
Universidad de Tohoku (Japón) y autor principal del artículo científico,
muestra su entusiasmo: "Es la primera detección de un núcleo molecular
caliente extragaláctico y demuestra la gran capacidad de los telescopios
de nueva generación para el estudio de los fenómenos astroquímicos más
allá de la Vía Láctea".
Las observaciones de ALMA revelaron que
este núcleo recién descubierto en LMC tiene una composición muy
diferente a otros objetos similares encontrados en la Vía Láctea. Las
firmas químicas más prominentes en el núcleo de LMC incluyen moléculas
como dióxido de azufre, óxido nítrico y formaldehído — junto con el
omnipresente polvo cósmico. Pero en el nuevo núcleo molecular caliente
detectado tiene abundancias muy bajas de varios compuestos orgánicos,
incluyendo metanol (la molécula más simple de alcohol). En cambio, los
núcleos estudiados en la Vía Láctea, contienen una amplia variedad de
moléculas orgánicas complejas, incluyendo el metanol y el etanol.
Takashi Shimonishi, explica: “Las
observaciones sugieren que las composiciones moleculares de los
materiales que forman estrellas y planetas son mucho más diversas de lo
que esperábamos”.
La Gran Nube de Magallanes tiene una
baja abundancia de elementos que no sean hidrógeno o helio. El equipo de
investigación sugiere que este entorno galáctico tan diferente ha
afectado al proceso de formación de las moléculas que tiene lugar
alrededor de la estrella recién nacida ST11. Esto podría explicar las
diferencias observadas en las composiciones químicas.
Aún no queda claro si las moléculas
grandes y complejas detectadas en la Vía Láctea existen en núcleos
moleculares calientes en otras galaxias. Las moléculas orgánicas
complejas son de especial interés, ya que algunas están relacionadas con
las moléculas prebióticas formadas en el espacio. Este objeto recién
descubierto en una de nuestras vecinas galácticas más cercanas es
excelente para ayudar a los astrónomos a abordar este tema. Además, se
plantea otra pregunta: ¿cómo podría afectar la diversidad química de las
galaxias en el desarrollo de vida extragaláctica?

Ilustración del núcleo molecular caliente descubierto en la Gran Nube de Magallanes. Image Credit: ESO/FRIS/Tohoku University
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