El CubeSat RAVAN, fue lanzado a la órbita baja terrestre el 11 de Noviembre de 2016, con el fin de probar nuevas tecnologías que ayudan a medir el desequilibrio de la radiación de la Tierra, que es la diferencia entre la cantidad de energía del Sol que llega a la Tierra y la cantidad que se refleja y se emite de vuelta al espacio. Esa diferencia, estimada en menos el uno por ciento, es responsable del calentamiento global y del cambio climático.
Diseñado para medir la cantidad de
energía solar y térmica reflejada que se emite en el espacio, RAVAN
emplea dos tecnologías que nunca antes se han utilizado en una nave
espacial en órbita: nanotubos de carbono que absorben la radiación de
salida y un cuerpo negro de cambio de fase de galio para la calibración.
Entre los materiales más negros
conocidos, los nanotubos de carbono absorben virtualmente toda la
energía a través del espectro electromagnético. Su propiedad absorbente
los hace adecuados para medir con exactitud la cantidad de energía
reflejada y emitida desde la Tierra. El galio es un metal que se funde -
o cambia de fase - en torno a la temperatura del cuerpo, por lo que es
un punto de referencia coherente. Los radiómetros de RAVAN miden la
cantidad de energía absorbida por los nanotubos de carbono y las células
de cambio de fase de galio monitorean la estabilidad de los
radiómetros.
RAVAN comenzó a recolectar y enviar los
datos de radiación el 25 de Enero y ahora ha estado operativo mucho más
allá de su período original de misión de seis meses.
"Hemos estado haciendo mediciones de la radiación de la Tierra con los nanotubos de carbono y haciendo calibraciones con las células de cambio de fase de galio, así que hemos cumplido con éxito nuestros objetivos de misión", dijo el investigador principal Bill Swartz del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins en Laurel, Maryland. Él y su equipo ahora están monitoreando RAVAN a largo plazo para ver cómo el instrumento cambia con el tiempo y también están realizando el análisis de datos y comparando sus medidas con simulaciones de modelo existentes de radiación saliente de la Tierra.
Si bien la demostración de tecnología
comprende un solo CubeSat, en la práctica una misión RAVAN en el futuro
operaría muchos CubeSats en una constelación para medir la energía
saliente de la Tierra se encuentran actualmente a bordo de unos grandes
satélites y, aunque tienen una alta resolución espacial, no pueden
observar el planeta entero simultáneamente, como la haría una
constelación de CubeSats RAVAN.
"Sabemos que la radiación saliente de la
Tierra varía mucho con el tiempo dependiendo de variables como nubes o
aerosoles o cambios de temperatura", dijo Swartz. "Una constelación
puede proporcionar una cobertura global, 24/7, que mejorará estas
mediciones."
Los satélites pequeños , incluyendo los
CubeSats, están desempeñando un papel cada vez más importante en la
exploración, demostración de tecnología, investigación científica e
investigaciones educativas en la NASA, incluyendo: exploración del
espacio planetario; observaciones de la Tierra; ciencia fundamental de
la Tierra y del espacio; y el desarrollo de instrumentos científicos
precursores como las comunicaciones láser de vanguardia, las
comunicaciones de satélite a satélite y las capacidades de movimiento
autónomo.

El CubeSat RAVAN ha demostrado con éxito nuevas tecnologías para medir la cantidad de energía solar y térmica reflejada que se emite en el espacio. Image Credit: Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory
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