miércoles, 31 de diciembre de 2008

El Sol da señales de vida

A principios de mes, cinco pequeños grupos de manchas solares
indicaron a los científicos que el nuevo ciclo solar ha
comenzado lentamente a despertar.

Nov. 7, 2008: Después de más de dos años de pocas manchas solares, incluso menos llamaradas solares y, en general, una inquietante calma, el Sol finalmente está dando señales de vida.

"Creo que el mínimo del ciclo solar ha quedado atrás", dice el pronosticador de manchas solares David Hathaway, del Centro Marshall para Vuelos Espaciales (Marshall Space Flight Center, en idoma inglés), de la NASA.

Su declaración está sustentada por una oleada de manchas solares que tuvieron lugar durante el mes de octubre. "El mes pasado contamos cinco grupos de manchas solares", dice. Esta cifra podrá no sonar exhuberante pero, en un año récord respecto de la escasa cantidad de manchas solares y largas temporadas de inmaculada blancura, cinco manchas es significativo. "Esto representa un verdadero incremento en la actividad solar".

Arriba: El grupo 1007 de manchas solares del nuevo ciclo emerge el día de brujas y marcha a través de la cara del Sol durante un período de cuatro días, a principios de noviembre de 2008. Crédito de la imagen: Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO, por su sigla en idioma inglés).

Aún más significativo es el hecho de que cuatro de los cinco grupos de manchas solares pertenecían al Ciclo Solar 24, el largamente esperado nuevo episodio del ciclo solar de 11 años. "El mes de octubre fue la primera vez que vimos manchas solares del nuevo Ciclo Solar 24, las cuales superaron en cantidad a las manchas del viejo Ciclo Solar 23. Es una buena señal de que el nuevo ciclo está comenzando".

El viejo Ciclo Solar 23 tuvo su máxima intensidad en el año 2000 y, desde entonces, ha ido decayendo a niveles cada vez más bajos. Mientras tanto, el nuevo Ciclo Solar 24 lucha por empezar. En el año 2008 se superponen ambos ciclos y mantienen una débil actividad en forma simultánea. De enero a septiembre, el Sol produjo un total de 22 grupos de manchas; el 82% de ellas pertenecían al viejo Ciclo 23. Octubre añadió cinco manchas más; pero esta vez, el 80% pertenecen al Ciclo 24. La suerte se revirtió.

A simple vista, las manchas solares del viejo y del nuevo ciclo parecen iguales, pero no lo son. Para señalar las diferencias, los físicos solares verifican dos cosas: la latitud heliográfica de la mancha y su polaridad magnética. (1) Las manchas del nuevo ciclo siempre aparecen a latitudes altas, mientras que las manchas del viejo ciclo se aglutinan cerca del ecuador. (2) La polaridad magnética de las manchas del nuevo ciclo se invierte en comparación con las manchas viejas. Cuatro de los cinco grupos de manchas solares del mes de octubre cumplieron con ambos criterios y se los pudo incluir en el Ciclo Solar 24.

La más grande de las manchas del nuevo ciclo emergió a finales del mes pasado, durante el día de brujas. Numerada como 1007 o "doble cero siete", para abreviar, la mancha solar tenía dos núcleos oscuros, cada uno más ancho que el diámetro de la Tierra, los cuales estaban conectados por filamentos magnéticos activos de miles de kilómetros de longitud. El astrónomo aficionado Alan Friedman tomó esta fotografía desde el observatorio montado en su jardín, en Búfalo, Nueva York:

El 3 de noviembre y, nuevamente, el 4 de noviembre, la mancha "doble cero siete" desató una serie de llamaradas solares de clase B. Aunque las llamaradas de clase B se consideran de intensidad menor, las explosiones se hicieron sentir en la Tierra. Rayos X bañaron el lado diurno de nuestro planeta y enviaron ondas de ionización que se rizaron en la atmósfera, sobre Europa. Los radiofaros de monitoreo de alta frecuencia (VLF) notaron extraños "desvanecimientos" y "aumentos" causados por las súbitas perturbaciones ionosféricas.

Hathaway pide calmar las emociones: "Estamos todavía a unos cuantos años de distancia del máximo solar y, mientras tanto, el Sol va a tener algunos períodos más de quietud". Incluso con la oleada de manchas solares, el Sol del mes de octubre se mantuvo blanco casi todo el tiempo, sin manchas solares durante 20 de los 31 días del mes.

Pero es un comienzo. Manténgase sintonizado para conocer más sobre la actividad solar.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

La loca inclinación navideña de Saturno

Si está acostumbrado a ver a Saturno con sus brillantes y
amplios anillos, obsérvelo ahora. La inclicación lo ha
transformado en una solitaria, e irreconocible, bola de gas.
Permanecerá así hasta enero de 2009.

Dic. 22, 2008: Usted mira a través del telescopio. Parpadea. Sacude su cabeza y mira otra vez. El planeta que esperaba ver por el ocular no es el que verdaderamente esta allí. ¿Demasiado ponche de huevo?

No, es sólo la loca inclinación navideña de Saturno.

Durante todo el año, los anillos de Saturno han estado inclinándose hacia la Tierra y ahora se encuentran casi perfectamente horizontales. El ángulo de apertura es tan fino como una hoja de papel, apenas 0,8o. Vistos de costado, los anillos, que normalmente lucen anchos y brillantes, se han convertido en una línea de sombras que divide los dos hemisferios de Saturno --una escena de peculiar belleza.

El astrónomo aficionado Efraín Morales Rivera, de Aguadilla, Puerto Rico, ha estado monitoreando a Saturno y ha creado la siguiente imagen compuesta para mostrar cómo ha cambiado su geometría:

Los astrónomos llaman a este fenómeno "cruce de planos anulares". A medida que Saturno da vueltas alrededor del Sol, periódicamente (una vez cada 14 o 15 años) va inclinando sus anillos hacia la Tierra. Como los anillos son tan delgados, pueden desaparecer del campo visual de un telescopio casero. Justo en el momento del cruce, Saturno experimenta una asombrosa metamorfosis. El anillado planeta se transforma en una solitaria bola de gas, casi irreconocible: fotografía tomada por el telescopio Hubble.

(Apunte histórico: Poco después de que Galileo descubriera los anillos de Saturno, en 1610, éstos desaparecieron precisamente de esa manera. Galileo no comprendió la naturaleza de los anillos y el acto de desaparición lo confundió enormemente. No obstante, su intuición relacionada con la física triunfó. "Ya volverán", predijo, y sin haber sabido nunca por qué, tuvo razón.)

Sin embargo, todavía no estamos en ese punto. El ángulo de apertura no será exactamente 0o hasta el 4 de septiembre de 2009. Pero no se moleste en marcar su calendario. Saturno estará tan cerca del Sol que nadie podrá ver cómo se desvanecen sus anillos en un abrir y cerrar de ojos.

El mejor momento para observarlos es ahora.

El ángulo de apertura de 0,8o, en la navidad de 2008, continuará siendo el ángulo mínimo durante cierto tiempo. En enero de 2009, los anillos comenzarán a abrirse de nuevo, una inversión pasajera causada por los movimientos orbitales de la Tierra y de Saturno. Ya cuando empiecen a desaparecer otra vez, en el verano de 2009, Saturno estará acercándose al Sol; mirar a través de un telescopio entonces será peligroso. El próximo cruce de planos anulares que pueda ser observado fácilmente no ocurrirá sino hasta el año 2038.

De modo que despierte antes del amanecer del 25 de diciembre, apunte su telescopio hacia la "estrella" dorada en Leo, y contemple la loca inclinación navideña de Saturno: mapa del cielo.

¡Felicidades de parte de Ciencia@NASA!

sábado, 20 de diciembre de 2008

Benedicto XVI: Navidad, la fiesta que canta el don de la vida


Intervención en la audiencia general de este miércoles


CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 17 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el texto competo de la catequesis sobre la preparación a la Navidad pronunciada hoy por el Papa Benedicto XVI durante la audiencia general, a los peregrinos congregados en el Aula Pablo VI.



* * *


Queridos hermanos y hermanas


Comenzamos precisamente hoy los días del Adviento que nos preparan inmediatamente a la Natividad del Señor: estamos en la Novena de Navidad, que en muchas comunidades cristianas se celebra con liturgias ricas en texto bíblicos, orientados todos ellos a alimentar la espera del nacimiento del Salvador. La Iglesia entera, en efecto, concentra su mirada de fe hacia esta fiesta ya cercana, predisponiéndose, como cada año, a unirse al canto alegre de los ángeles, que en el corazón de la noche anunciarán a los pastores el extraordinario acontecimiento del nacimiento del Redentor, invitándoles a acercarse a la gruta de Belén. Allí yace el Enmanuel, el Creador hecho criatura, envuelto en pañales y acostado en un pobre pesebre (cfr Lc 2,13-14).

Por el clima que la caracteriza, la Navidad es una fiesta universal. Incluso quien no se profesa creyente, de hecho, puede percibir en esta celebración cristiana anual algo extraordinario y trascendente, algo íntimo que habla al corazón. Es la fiesta que canta el don de la vida. El nacimiento de un niño debería ser siempre un acontecimiento que trae alegría: el abrazo de un recién nacido suscita normalmente sentimientos de atención y de premura, de conmoción y de ternura. La Navidad es el encuentro con un recién nacido que llora en una gruta miserable. Con templándolo en el pesebre, ¿cómo no pensar en tantos niños que aún hoy ven la luz en una gran pobreza, en muchas regiones del mundo? ¿Cómo no pensar en los recién nacidos no acogidos y rechazados, a los que no llegan a sobrevivir por falta de cuidados y atenciones? ¿Cómo no pensar también en las familias que quisieran la alegría de un hijo y no ven colmada esta esperanza? Bajo el empuje de un consumismo hedonista, por desgracia, la Navidad corre el riesgo de perder su significado espiritual para reducirse a una mera ocasión comercial de compras e intercambio de regalos. En verdad, sin embargo, las dificultades y las incertidumbres y la misma crisis económica que en estos meses están viviendo tantas familias, y que afecta a toda la humanidad, pueden ser un estímulo para descubrir el calor de la simplicidad, de la amistad y de la solidaridad, valores típicos de la Navidad. Despojado de las incrustaciones consumistas y materialistas, la Navidad puede convertirse así en una ocasión para acoger, como regalo personal, el mensaje de esperanza que emana del misterio del nacimiento de Cristo.

Todo esto, sin embargo, no basta para asimilar plenamente el valor de la fiesta a la que nos estamos preparando. Nosotros sabemos que ésta celebra el acontecimiento central de la historia: la Encarnación del Verbo divino para la redención de la humanidad. San León Magno, en una de sus numerosas homilías navideñas, exclama así: "Exultemos en el Señor, queridos míos, y abramos nuestro corazón a la alegría más pura. Porque ha amanecido el día que para nosotros significa la nueva redención, la antigua preparación, la felicidad eterna. Se renueva así para nosotros en el ciclo anual el elevado misterio de nuestra salvación que, prometido al principio y realizado al final de los tiempos, está destinado a durar sin fin" (Homilía XXII). Sobre esta verdad fundamental vuelve muchas veces san Pablo en sus cartas. A los Gálatas, por ejemplo, escribe: "Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley... para que recibiéramos la filiación adoptiva" (4,4). En la Carta a los Romanos pone de manifiesto las lógicas y exigentes consecuencias de este acontecimiento salvador: "Si (somos) hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos de Cristo, ya que sufrimos con él, para ser también con él glorificados" (8,17). Pero es sobre todo san Juan, en el Prólogo al cuarto Evangelio, quien medita profundamente sobre el misterio de la Encarnación. Y es por esto que el Prólogo forma parte de la liturgia de la Navidad desde tiempos antiguos: en él se encuentra, de hecho, la expresión más auténtica y la síntesis más profunda de esta fiesta, y del fundamento de su alegría. San Juan escribe: "Et Verbum caro factum est et habitavit in nobis - Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn 1,14).

En Navidad por tanto no nos limitamos a conmemorar el nacimiento de un gran personaje; no celebramos simplemente y en abstracto el misterio del nacimiento del hombre o en general el nacimiento de la vida; tampoco celebramos sólo el principio de una gran estación. En Navidad recordamos algo muy concreto e importante para los hombres, algo esencial para la fe cristiana, una verdad que san Juan resume en estas pocas palabras: "El Verbo se hizo carne". Se trata de un acontecimiento histórico que el evangelista Lucas se preocupa de situar en un contexto muy determinado: en los días en que se emanó el decreto del primer censo de César Augusto, cuando Quirino era ya gobernador de Siria (cf. Lc 2,1-7). Es por tanto una noche fechada históricamente en la que se verificó el acontecimiento de salvación que Israel esperaba desde hacía siglos. En la oscuridad de la noche de Belén se encendió, realmente, una gran luz: el Creador del universo se encarnó uniéndose indisolublemente a la naturaleza humana, hasta ser realmente "Dios de Dios, luz de luz" y al mismo tiempo hombre, verdadero hombre. Aquel que Juan llama en griego "ho logos" - traducido en latín "Verbum", "el Verbo" - significa también "el Sentido". Por tanto, podemos entender la expresión de Juan así: el "Sentido eterno" del mundo se ha hecho tangible a nuestros sentidos y a nuestra inteligencia: ahora podemos tocarlo y contemplarlo (cfr 1Jn 1,1). El "Sentido" que se ha hecho carne no es simplemente una idea general inscrita en el mundo; es una "palabra" dirigida a nosotros. El Logos nos conoce, nos llama, nos guía. No es una ley universal, en la que nosotros desarrollamos algún papel, sino que es una Persona que se interesa por cada persona singular: es el Hijo del Dios vivo, que se ha hecho hombre en Belén.

A muchos hombres, y de alguna forma a todos nosotros, esto parece demasiado hermoso para ser cierto. En efecto, aquí se nos reafirma : sí, existe un sentido, y el sentido no es una protesta impotente contra el absurdo. El Sentido es poderoso: es Dios. Un Dios bueno, que no se confunde con cualquier poder excelso y lejano, al que nunca se podría llegar, sino un Dios que se ha hecho cercano a nosotros y nuestro prójimo, que tiene tiempo para cada uno de nosotros y que ha venido a quedarse con nosotros. Entonces surge espontánea la pregunta: "¿Cómo es posible una cosa semejante? ¿Es digno de Dios hacerse niño?". Para intentar abrir el corazón a esta verdad que ilumina la entera existencia humana, es necesario plegar la mente y reconocer la limitación de nuestra inteligencia. En la gruta de Belén, Dios se muestra a nosotros humilde "infante" para vencer nuestra soberbia. Quizás nos habríamos rendido más fácilmente frente al poder, frente a la sabiduría; pero Él no quiere nuestra rendición; apela más bien a nuestro corazón y a nuestra decisión libre de aceptar su amor. Se ha hecho pequeño para liberarnos de esa pretensión humana de grandeza que surge de la soberbia; se ha encarnado libremente para hacernos a nosotros verdaderamente libres, libres de amarlo.

Queridos hermanos y hermanas, la Navidad es una oportunidad privilegiada para meditar sobre el sentido y el valor de nuestra existencia. El aproximarse de esta solemnidad nos ayuda a reflexionar, por una parte, sobre el dramatismo de la historia en la que los hombres, heridos por el pecado, están permanentemente buscando la felicidad y un sentido satisfactorio de la vida y la muerte; por otra, nos exhorta a meditar sobre la bondad misericordiosa de Dios, que ha salido al encuentro del hombre para comunicarle directamente la Verdad que salva, y hacerle partícipe de su amistad y de su vida. Preparémonos, por tanto, a la Navidad con humildad y sencillez, disponiéndonos a recibir el don de la luz, la alegría y la paz que irradian de este misterio. Acojamos la Navidad de Cristo como un acontecimiento capaz de renovar hoy nuestra existencia. Que el encuentro con el Niño Jesús nos haga personas que no piensen solo en sí mismas, sino que se abran a las expectativas y necesidades de los hermanos. De esta forma nos convertiremos también nosotros en testigos de la luz que la Navidad irradia sobre la humanidad del tercer milenio. Pidamos a María Santísima, tabernáculo del Verbo encarnado, y a san José, silencioso testigo de los acontecimientos de la salvación, que nos comuniquen los sentimientos que ellos tenían mientras esperaban el nacimiento de Jesús, de modo que podamos prepararnos a celebrar santamente la próxima Navidad, en el gozo de la fe y animados por el empeño de una conversión sincera.

¡Feliz Navidad a todos!

[Al final de la audiencia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy comienza la novena de Navidad, que nos prepara inmediatamente para la fiesta en la que conmemoramos el nacimiento del Señor, fiesta que canta también el don de la vida. La contemplación del Niño Dios en el pesebre nos hace pensar en los niños pobres, en los que, concebidos, son rechazados o, apenas nacidos, no tienen medios para sobrevivir. Descubramos los auténticos valores de la Navidad, dejando de lado todo lo que ensombrece su genuino significado. En estos días santos, los cristianos no conmemoramos el surgir de un gran personaje, y menos aún el comienzo de una nueva estación. La Navidad recuerda un hecho fundamental: en la oscuridad de la noche de Belén se hizo una gran luz. El Creador del universo se encarnó uniéndose indisolublemente a la naturaleza humana y, sin dejar de ser realmente Dios de Dios y luz de luz, se hizo al mismo tiempo verdadero hombre. El Verbo encarnado es una Persona que se interesa por cada persona, es el Hijo de Dios vivo, que se hizo pequeño para vencer nuestra soberbia y hacernos auténticamente libres, libres para amarlo.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los alumnos del Instituto "Ángel de Saavedra", de Córdoba, y a los demás grupos venidos de España, México y otros países latinoamericanos. Pidamos a la Virgen María y a san José, que nos ayuden a prepararnos a la celebración de la Navidad con el gozo de la fe, y que el encuentro con el Niño Jesús nos haga personas abiertas a las necesidades de los hermanos.

Feliz Navidad.

[Traducción del original italiano por Inma Álvarez

sábado, 13 de diciembre de 2008

¿Qué tan redondo es el Sol?

Utilizando el satélite RHESSI, de la NASA, científicos midieron
la redondez del Sol con una precisión sin precedentes.

Octubre 2, 2008: Usando la nave espacial RHESSI, de la NASA, científicos midieron la redondez del Sol con una precisión sin precedentes. Ellos descubrieron que no es una esfera perfecta. Durante los años de alta actividad, el Sol desarrolla una delgada "piel de melón" que aumenta significativamente su aparente achatamiento. Los resultados de esta investigación se publicaron en la edición del 2 de octubre de Science Express.

"El Sol es el objeto natural más grande y más liso del sistema solar, con una perfección del 0,001% debido a su gravedad extremadamente fuerte", dice el co-autor del estudio Hugh Hudson, de la Universidad de California, en Berkeley. "Medir su forma exacta no es una tarea fácil".

El equipo lo hizo analizando los datos del Generador de Imágenes Espectroscópicas de Alta Energía Solar Reuven Ramaty (RHESSI, por su sigla en idioma inglés), un telescopio espacial de rayos x y rayos gamma, el cual fue lanzado en 2002 en una misión para estudiar las ráfagas solares. Aunque RHESSI no fue planeado para medir la redondez del Sol, se ha convertido en el instrumento ideal para este propósito. El telescopio RHESSI observa el disco solar a través de una rendija estrecha y gira a 15 rpm. La rápida rotación de la nave espacial y la alta tasa de muestreo de datos (necesaria para atrapar las rápidas ráfagas solares) hacen posible que los investigadores tracen la forma del Sol con errores sistemáticos mucho menores que en cualquier estudio previo. Su técnica es particularmente sensible a pequeñas diferencias entre el diámetro polar y el diámetro ecuatorial o "achatamiento".

Arriba: "Protuberancias de piel de melón" en el Sol. La red magnética blanca y brillante es la que confiere al Sol un achatamiento extra durante los tiempos de alta actividad solar. El astrónomo de Los Angeles Gary Palmer tomó la fotografía el 29 de julio de 2005 usando un filtro solar calcio-K violeta. [Imagen ampliada]

"Hemos descubierto que la superficie del Sol tiene una estructura áspera: protuberancias brillantes organizadas en un patrón con forma de red, como la superficie de un melón pero mucho más sutil", describe Hudson. Durante las fases activas del ciclo solar, estas protuberancias emergen alrededor del ecuador del Sol, haciendo brillar la "cintura estelar" y "engordándola". Al momento de las mediciones del RHESSI, en 2004, las protuberancias incrementaron el radio ecuatorial aparente del Sol en un ángulo de 10,77 +- 0,44 milisegundos de arco, o aproximadamente el mismo ancho de un cabello humano visto desde 1,6 kilómetros de distancia.

"Eso puede parecer un ángulo muy pequeño, pero en verdad es significativo", dice Alexei Pevtsov, científico del Programa RHESSI en las oficinas centrales de la NASA. Diminutas desviaciones de la redondez perfecta pueden, por ejemplo, afectar el tirón gravitacional que ejerce el Sol sobre Mercurio y provocar cierta modificación en las pruebas de la teoría de la relatividad de Einstein, las cuales dependen de mediciones cuidadosas de la órbita interior del planeta. Pequeñas protuberancias también son señales de movimientos ocultos dentro del Sol. Por ejemplo, si el Sol tuviera un remanente de una rotación rápida del núcleo de las etapas tempranas de formación estelar, y si ese núcleo estuviera inclinado respecto de sus capas exteriores, el resultado sería una superficie con protuberancias. "La precisión de las mediciones del RHESSI impone muchas restricciones a cualquiera de los modelos".

Las "protuberancias de piel de melón" son de naturaleza magnética y trazan gigantes celdas de convección burbujeantes en la superficie del Sol llamadas "supergránulos". Los supergránulos son como burbujas en una olla de agua hirviendo amplificadas a la escala de una estrella; en el Sol, miden alrededor de 30.000 km de un extremo a otro (el doble del ancho de la Tierra) y están formados por plasma magnetizado caliente que bulle. Los campos magnéticos del centro de estas burbujas son barridos hacia el borde donde forman protuberancias o crestas de magnetismo. Las protuberancias son más prominentes durante los años próximos al Máximo Solar cuando la dínamo interior del Sol se "acelera" para producir los campos magnéticos más fuertes. Hace muchos años que los físicos solares saben de los supergránulos y de la red magnética que éstos producen, pero recién ahora el RHESSI reveló su inesperada conexión con el achatamiento del Sol.

Derecha: En este diagrama, el achatamiento del Sol ha sido aumentado 10.000 veces para que se pueda ver fácilmente. La curva azul traza el promedio de la forma del Sol durante un período de tres meses. La curva de asteriscos negros traza un promedio más corto de 10 días. Los movimientos en la curva de 10 días son reales, causados por fuertes protuberancias magnéticas ubicadas en las inmediaciones de las manchas solares. [Imagen ampliada]

"Cuando restamos el efecto de la red magnética, obtenemos una medición 'real' de la forma del Sol, que se produce únicamente por las fuerzas gravitacionales y los movimientos", dice Hudson. "El achatamiento corregido del Sol no magnético es 8,01 +- 0,14 milisegundos de arco, cerca del valor esperado para una rotación simple".

"Estos resultados tienen implicancias de largo alcance para los físicos solares y para las teorías de la gravedad", comenta David Hathaway, físico solar del Centro Marshall para Vuelos Espaciales, de la NASA. "Indican que el núcleo del Sol no puede estar rotando mucho más rápido que la superficie y que el achatamiento del Sol es demasiado pequeño como para cambiar la órbita de Mercurio y enmarcarla fuera de los límites de la Teoría de la Relatividad General de Einstein".

Un análisis posterior de los datos del achatamiento del Sol obtenidos por medio del RHESSI podría también ayudar a los investigadores a detectar un tipo de ondas sísmicas, buscadas durante mucho tiempo, las cuales hacen eco en el interior del Sol: oscilaciones gravitacionales o "modos g". La capacidad para monitorear los "modos g" abriría una nueva frontera en la física solar —el estudio del núcleo interno del Sol.

"Todo esto", se maravilla Hathaway, "proviene de un uso ingenioso de los datos proporcionados por un satélite que fue diseñado para algo completamente diferente. ¡Felicitaciones al equipo del RHESSI!"

El documento que informa sobre estos resultados: "Gran exceso en el achatamiento aparente del Sol producido por el magnetismo de la superficie" ("A large excess in apparent solar oblateness due to surface magnetism"), de Martin Fivian, Hugh Hudson, Robert Lin y Jabran Zahid, se publicó en la edición del 2 de octubre de Science Express.


viernes, 12 de diciembre de 2008

La Luna llena más grande del año

La Luna llena del próximo viernes es la Luna llena
más grande del año. Es una 'Luna de Perigeo' que será
hasta un 14% más grande y un 30% más brillante que
otras lunas llenas que hemos visto este año.

Dic. 9, 2008: No, usted no podrá distinguir la huella de la pisada de Neil Armstrong. Pero salga y observe: La Luna llena del 12 de diciembre es la más grande y brillante de las lunas llenas del año.

No se trata de una ilusión. Algunas lunas llenas son genuinamente más grandes que otras y la de este viernes es realmente una Luna gigante. ¿Por qué? La órbita lunar es una elipse y tiene un lado ubicado 50.000 km más cerca de la Tierra que el otro: diagrama. En lenguaje astronómico, estos dos extremos se denominan "apogeo" (más lejos) y "perigeo" (más cerca). El 12 de diciembre, la Luna se volverá llena a escasas 4 horas de alcanzar su perigeo, lo cual la hace un 14% más grande y un 30% más brillante que las lunas llenas que hemos visto antes en 2008.

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Arriba: En 2004, el astrónomo aficionado Anthony Ayiomamitis, de Grecia, tomó fotografías de la Luna en sus puntos apogeo y perigeo y las dispuso una al lado de la otra para mostrar la diferencia. [Imagen ampliada]

Según la Administración Nacional Atmosférica y del Océano (NOOA, por su sigla en idioma inglés), la Luna en perigeo trae "mareas de perigeo" extremadamente altas; pero esto no es para preocuparse. En la mayoría de las regiones, la gravedad Lunar en perigeo provoca un aumento de pocos centímetros en las mareas (alrededor de una pulgada) respecto de los niveles usuales. La geografía local puede amplificar este efecto a aproximadamente 15 cm. (seis pulgadas) —lo cual no es exactamente una gran inundación.

De acuerdo, la Luna está un 14% más grande, pero ¿realmente se nota esta diferencia? Es algo tramposo. No existen reglas que flotan en el cielo para medir diámetros lunares. Por encima de nuestras cabezas, sin puntos de referencia que proporcionen un sentido de escala, una luna llena se ve prácticamente igual que cualquier otra.

La mejor ocasión para observar se da cuando la Luna se encuentra cerca del horizonte. Ese es el momento en el cual la ilusión se mezcla con la realidad para producir un vista realmente espectacular. Por razones que los astrónomos o psicólogos no terminan de comprender, las lunas cercanas al horizonte se ven anormalmente grandes cuando se asoman entre los árboles, edificios y otros objetos sobre la superficie. Este viernes, ¿por qué no dejar que la "Ilusión Lunar" amplifique una Luna Llena extraordinariamente grande? El orbe "hinchado", que nace al atardecer por el Este, puede parecer tan cercano que usted casi podrá alcanzarlo y tocarlo.

Aún así, no le será posible ver la huella de la pisada de Armstrong. Ni siquiera el Hubble puede hacerlo. La Luna está a 384.400 km (en promedio). A esta distancia, los objetos más pequeños que el Hubble puede distinguir miden aproximadamente 60 metros. Las piezas de equipo más grandes que dejó la tripulación del Apollo miden apenas 9 metros y se ven más pequeñas que un sólo pixel en una imagen del Hubble.

Lo que sí usted podrá observar es el mundo que lo rodea. Esta es la Luna llena más brillante y la más alta (en el hemisferio norte) del año. Si usted sale alrededor de la media noche, la encontrará por encima de su cabeza, actuando como si fuese una lámpara cósmica, tornando el terreno absolutamente brillante, en particular si hay nieve. Las Lunas llenas son siempre altas durante el invierno y, en efecto, el solsticio se encuentra ya a la vuelta de la esquina, el 21 de diciembre, en el hemisferio norte.

Un experimento divertido: El viernes por la noche, invite a un amigo a observar el cielo y pregúntele si nota algo fuera de lo común. ¿La Luna es lo suficientemente grande y brillante como para impresionar a los distraídos? Explíquele luego sobre el perigeo...

domingo, 7 de diciembre de 2008

El Sol sin manchas: éste es el año "más blanco" de la Era Espacial

Durante 2008, el Sol ha pasado más de 200 días sin presentar
manchas, lo cual marca un récord desde el año 1954.
Esta época de quietud en el Sol es de gran utilidad para realiza
muchos estudios en el ámbito de la física solar
.

Septiembre 30, 2008: Los astrónomos que cuentan las manchas solares han anunciado que 2008 se ha transformado en el "año más blanco" de la Era Espacial.

Hasta el 27 de septiembre de 2008, el Sol ha permanecido en blanco, es decir, no ha mostrado manchas solares en 200 días del año en curso. Para encontrar un año con más "soles en blanco", es necesario remontarse a 1954, tres años antes del lanzamiento del Sputnik, cuando el Sol permaneció "en blanco" durante 241 días.

"Los conteos de manchas solares han alcanzado su punto más bajo en 50 años", dice el físico solar David Hathaway, del Centro Marshall para Vuelos Espaciales, de la NASA. "Estamos experimentando un mínimo profundo del ciclo solar".

Un día sin manchas solares se ve así:

A SOHO image of the sun taken Sept. 27, 2008.

La imagen, tomada por el Observatorio Solar y Heliosférico (Solar and Heliospheric Observatory o SOHO, en idioma inglés), el 27 de septiembre de 2008, muestra un disco solar completamente limpio de manchas solares. A modo de comparación, una imagen tomada por el SOHO hace siete años, el 27 de septiembre de 2001, está salpicada de colosales manchas solares, todas ellas crepitando con llamaradas solares: imagen. La diferencia es la fase del ciclo solar de 11 años. En 2001 se registró el máximo solar, con cantidades de manchas y llamaradas solares, y tormentas geomagnéticas. El año 2008 está en el punto opuesto de dicho ciclo, el mínimo solar, una etapa de quietud del Sol.

Y ésta es realmente una época de mucha quietud. Si la actividad solar permanece tan baja como hasta ahora, el año 2008 podría acumular la asombrosa cantidad de 290 días impecables (sin manchas) para finales de diciembre, marcando de este modo un récord en términos de ausencia de manchas en este siglo.

Hathaway advierte que este evento puede sonar más emocionante de lo que realmente es: "Mientras que el mínimo solar de 2008 parece perfilarse como el más profundo de la Era Espacial, es aún irrelevante comparado con la duración y la profundidad del mínimo solar registrado a finales del siglo 19 y principios del 20". Los mínimos de aquella época llegaban a acumular, generalmente, entre 200 y 300 días sin manchas al año.

ver leyenda

Arriba: Un histograma muestra los años "más blancos" de la segunda mitad del siglo pasado. El eje vertical es el conteo de días sin manchas de cada año. La barra que corresponde al año 2008, actualizada al día 27 de septiembre, está aún ascendiendo. [Imágenes ampliadas: 50 años, 100 años]

Algunos físicos solares piensan en este período de calma como algo muy positivo.

"Este mínimo nos da una oportunidad para estudiar el Sol sin las complicaciones de las manchas solares", dice Dean Pesnell, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales. "Ahora mismo tenemos los mejores instrumentos de la historia observando el Sol. Hay una verdadera flota de vehículos espaciales dedicados a la física solar —SOHO, Hinode, ACE, STEREO y otros. Es nuestro deber aprender cosas nuevas durante este extenso mínimo solar".

Pesnell da un ejemplo, la heliosismología: "Monitoreando la superficie vibrante del Sol, los investigadores dedicados a esta disciplina pueden llevar a cabo estudios del interior de la estrella de manera muy similar a cuando los geólogos utilizan los terremotos para estudiar el interior de la Tierra. Al no estar las manchas solares de por medio, tenemos una mejor vista de los vientos en la sub-superficie del Sol y también de su dínamo interior".

"Además se debe tener en cuenta la irradiancia solar", añade Pesnell. "Los investigadores ahora están observando el más tenue de los soles que figuran en sus registros. El cambio es pequeño, apenas una fracción de un punto porcentual, pero es significativo. Mientras el Sol continúa tornándose más tenue, las preguntas sobre los efectos en el clima surgen de manera natural".

Pesnell es el científico a cargo del proyecto del Observatorio de Dinámica Solar (Solar Dynamics Observatory o SDO en idioma inglés), de la NASA. El SDO es una nueva sonda espacial equipada para estudiar tanto la irradiancia solar como las ondas heliosísmicas. La construcción del SDO terminó, dice, y la sonda ya pasó las pruebas térmicas y de vibración previas al lanzamiento. "¡Estamos listos para despegar! El mínimo solar es una época magnífica para hacer el viaje&quot.

El récord de 50 años registrado en la presión del viento solar, un descubrimiento reciente hecho por la sonda espacial Ulysses, coincide con una serie de soles "en blanco". (Vea el artículo de Ciencia@NASA El viento solar pierde potencia, alcanza su mínimo en 50 años.) La baja de presión comenzó años antes del mínimo actual, de modo que no queda claro cómo están conectados los dos fenómenos, si es que lo están. Este es otro misterio para el SDO y para los otros instrumentos.

¿Quién hubiera dicho que el Sol "en blanco" podría ser tan interesante? Pronto habrá más información...