Enero 15, 2010: El año último, cuando la nave espacial IBEX (sigla en idioma inglés de: Interstellar Boundary Explorer o Explorador de la Frontera Interestelar) descubrió un cordón gigante en los confines del sistema solar, los investigadores quedaron desconcertados. Lo llamaron "un resultado impactante" y quedaron intrigados sobre su origen. Ahora, parece que el misterio podría haber sido resuelto.
"Pensamos que el cordón es una reflexión", dice Jacob Heerikhuisen, quien es un Investigador de Heliofísica Invitado en la NASA, de la Universidad de Alabama, en Huntsville. "Se trata del lugar donde las partículas del viento solar, que se dirigen hacia el espacio interestelar, son reflejadas nuevamente hacia el sistema solar debido a la acción de un campo magnético".
Heerikhuisen es el autor principal del artículo en el cual se informan los resultados, en la edición del 10 de enero de la revista Astrophysical Journal Letters.
Derecha: Concepto artístico del Explorador de la Frontera Interestelar (IBEX, en idioma inglés).
Los datos proporcionados por la sonda IBEX encajan muy bien con los resultados recientes provistos por las naves Voyager. Las Voyager 1 y 2 se encuentran ubicadas cerca de la orilla del sistema solar y ellas también han detectado un fuerte magnetismo* en las cercanías. Sin embargo, las mediciones de Voyager son de regiones relativamente cercanas a la nave espacial. IBEX está completando "el gran cuadro". El cordón que ve es amplio y se extiende casi por todo el cielo, lo cual sugiere que el campo magnético que yace detrás de él es igualmente extenso.
Aunque los mapas del cordón (ver abajo) parecen mostrar un cuerpo luminoso, el cordón en sí no emite luz. En cambio, se hace notar a través de partículas llamadas "átomos neutrales energéticos" (energetic neutral atoms o ENAs, en idioma inglés), los cuales son en su mayoría átomos de hidrógeno comunes y corrientes. El cordón emite estas partículas, que son recogidas por la sonda IBEX en órbita alrededor de la Tierra.
Arriba:
Comparación de las observaciones llevadas a cabo por la sonda IBEX
(izquierda) con un modelo de reflexión que incluye un campo magnético
tridimensional (derecha). Más imágenes: datos, modelo.
"Si este mecanismo es correcto (y no todos están de acuerdo), entonces la forma del cordón nos está diciendo mucho sobre la orientación del campo magnético en nuestro rincón de la galaxia Vía Láctea", hace notar Heerikhuisen.
Y nuestro futuro podría depender de este campo.

Derecha: Concepto artístico de las nubes interestelares en el vecindario galáctico del Sol. [Más información]
Parece ser que podemos aprender bastante mirando al espejo. Manténgase al tanto de las actualizaciones de Ciencia@NASA.
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