La galaxia más luminosa del Universo fue sorprendida despojando prácticamente de la mitad de su masa no a una ni dos, sino al menos a tres de sus vecinas más pequeñas, según nuevas observaciones realizadas por el Atacama Large
Millimiter/submillimeterArray(ALMA) y publicadas en la revista científica Science. Como la luz de esta galaxia, conocida como W2246-0526, tardó 12.400 millones de años luz en llegar hasta nosotros, los astrónomos la ven como era cuando el Universo tenía un décimo de su edad actual.
Las nuevas
observaciones de ALMA revelaron unas claras corrientes de material que
fluye desde las tres galaxias más pequeñas hacia la galaxia más grande,
que fue descubierta en 2015 por la sonda espacial Wide-field Infrared
Survey Explorer (WISE), de la NASA. Aunque dista mucho de ser la galaxia
más grande o masiva que se conoce, tiene un brillo extraordinario,
equivalente a 350 billones de Soles en el espectro infrarrojo.
Las corrientes de
polvo que conectan a las galaxias entre ellas contienen prácticamente
tanto material como las galaxias mismas. Estos objetos extremadamente
tenues y distantes fueron detectados gracias a la increíble sensibilidad
y capacidad de resolución de ALMA.
“Gracias a datos
obtenidos anteriormente, sabíamos que había tres galaxias aledañas, pero
no había indicios de interacción entre estas vecinas y la fuente
central”, explica Tanio Díaz-Santos, de la Universidad Diego Portales,
de Santiago (Chile), y autor principal del estudio. “No buscábamos un
comportamiento caníbal ni tampoco nos lo esperábamos, pero esta
observación detallada con el observatorio ALMA dejó todo muy claro”.
Si bien el canibalismo
galáctico no es un fenómeno raro, esta es la galaxia más distante que
se haya observado con dicho comportamiento, y los autores del estudio
afirman desconocer la existencia de galaxias similares que se alimenten
de múltiples fuentes en ese período cósmico tan temprano.
Los investigadores
subrayan que la cantidad de gas devorado por W2246-0526 es suficiente
para formar estrellas y alimentar su agujero negro central durante
millones de años.
Sin embargo, el fuerte
brillo de esta galaxia no se debe a sus estrellas, sino a un disco de
gas diminuto pero increíblemente energético que se sobrecalienta a
medida que cae en espiral hacia el agujero negro supermasivo. La luz de
este disco de acreción extremadamente brillante es absorbida por el
polvo circundante que reemite la energía en forma de luz infrarroja.
A medida que cae en el
agujero negro, el material del disco de acreción genera unos poderosos
chorros energéticos, conocidos como núcleos galácticos activos, que
entran en colisión con el polvo circundante, un fenómeno que convierte
esta galaxia en uno de los raros cuásares conocidos como galaxias
calientes oscurecidas por polvo. Solo uno de cada 3.000 cuásares
observados por la sonda WISE pertenece a esta categoría.
Gran parte del polvo y
gas extraído de las tres galaxias más pequeñas probablemente se
convierta en nuevas estrellas y alimente el agujero negro de la galaxia
más grande. No obstante, la voracidad de esta galaxia podría provocar su
destrucción. De los estudios realizados anteriormente se desprende que
la energía del núcleo galáctico activo terminará despojando a la galaxia
de buena parte (y quizás la totalidad) del combustible que permite
formar estrellas.
En un estudio
realizado por otro equipo se había determinado que el agujero negro en
el centro de W2246-0526 tenía cerca de 4.000 millones de masas solares.
La masa del agujero negro incide directamente en cuán brillante puede
llegar a ser el núcleo galáctico activo, pero el estudio arrojó que WISE
J2246-0526 es cerca de tres veces más brillante de lo que debería. Para
explicar esta aparente contradicción se necesitarán más observaciones.
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