Investigadores han descubierto 'portales magnéticos' que se están
formando muy por arriba de la Tierra y que pueden conectar durante
poco tiempo a nuestro planeta con el Sol. Estos portales no sólo son
comunes sino que pueden estar formándose el doble de veces de lo
que antes se esperaba.
Oct. 30, 2008: Durante el tiempo que le tome leer este artículo, algo ocurrirá muy alto, por encima de su cabeza; algo en lo que hasta hace poco tiempo muchos científicos no creían. Se abrirá un portal magnético que conectará a la Tierra con el Sol (150 millones de kilómetros o 93 millones de millas de distancia). Toneladas de partículas pueden fluir a través de la abertura antes de que ésta se vuelva a cerrar, más o menos cuando usted llegue al final de la página.
"Se llama evento de tranferencia de flujo o 'FTE' (por su sigla en idioma inglés)", dice el físico del espacio David Sibeck, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales (Goddard Space Flight Center, en idioma inglés). "Hace diez años estaba muy seguro de que no existían, pero ahora la evidencia es incontrovertible".
De hecho, hoy Sibeck está contando a un grupo internacional de físicos del espacio, en el Taller de Plasmas 2008, que se lleva a cabo en Huntsville, Alabama, que los FTE no sólo son comunes, sino que posiblemente sean el doble de comunes de lo que cualquiera se haya podido imaginar.
Derecha: Concepto artístico del campo magnético de la Tierra conectándose con el del Sol —también conocido como "evento de tranferencia de flujo"— donde se observa una nave espacial cerca que sirve para medir partículas y campos. [Imagen ampliada]
Hace mucho tiempo que los investigadores saben que la Tierra y el Sol deben de estar conectados. La magnetósfera de la Tierra (o sea, la burbuja magnética que rodea a nuestro planeta) está llena con partículas del Sol que llegan por medio del viento solar y penetran las defensas magnéticas del planeta. Dichas partículas ingresan siguiendo líneas de campo magnético que pueden ser rastreadas desde tierra firme a lo largo de todo el camino hasta la atmósfera del Sol.
"Solíamos pensar que la conexión era permanente y que el viento solar podía fluir hacia el medio cercano a la Tierra siempre que el viento estuviera activo", dice Sibeck. "Pero estábamos equivocados. Las conexiones no son estables en lo absoluto. Generalmente son cortas, explosivas y muy dinámicas".
Varios oradores en el taller han explicado de manera general cómo se forman los FTE: En el lado de la Tierra que es de día (o sea, el lado más cercano al Sol), el campo magnético de la Tierra presiona contra el campo magnético del Sol. Aproximadamente cada ocho minutos, ambos campos se fusionan brevemente o se "reconectan", formando un portal a través del cual pueden fluir partículas. El portal toma la forma de un cilindro magnético que tiene más o menos el ancho de la Tierra. La flota Cluster (Cúmulo), que cuenta con cuatro naves espaciales, de la Agencia Espacial Europea (European Space Agency, en idioma inglés), y las cinco sondas THEMIS, de la NASA, han volado a través del portal y han rodeado estos cilindros, midiendo de este modo sus dimensiones y detectando las partículas que pasan. "Son reales", dice Sibeck.
Ahora que las naves Cluster y las THEMIS han tomado muestras de los FTE directamente, los investigadores pueden usar esas mediciones para simular FTEs en sus computadoras y predecir cómo se podrían comportar. El físico espacial Jimmy Raeder, de la Universidad de New Hampshire, presentó una de estas simulaciones en el taller. Raeder dijo a sus colegas que los portales cilíndricos tienden a formarse sobre el ecuador de la Tierra y después a desplazarse hacia el polo invernal de nuestro planeta. En diciembre, los FTE se desplazan hacia el polo norte; en julio, lo hacen hacia el polo sur.
Derecha: Una muestra de un corte transversal de un "portal magnético" o FTE tomada por la flota de naves espaciales de la NASA. [Imagen ampliada]
Sibeck cree que esto está sucediendo el doble de veces de lo que se pensaba anteriormente. "Creo que hay dos variedades de FTE: activos y pasivos". Los FTE activos son cilindros magnéticos que permiten que las partículas fluyan con bastante facilidad; son importantes conductos de energía para la magnetósfera de la Tierra. Los FTE pasivos son cilindros magnéticos que ofrecen más resistencia; su estructura interna no admite fácilmente un flujo de partículas y campos. (Para los expertos: los FTE activos se forman en latitudes ecuatoriales cuando el IMF -Interplanetary Magnetic Field o Campo Magnético Interplanetario, en idioma español- apunta hacia el sur; los FTE pasivos se forman en latitudes más altas, cuando el IMF apunta hacia el norte.) Sibeck ha calculado las propiedades de los FTE pasivos y está alentando a sus colegas a buscar señales de ellos en los datos proporcionados por THEMIS y Cluster. "Los FTE pasivos podrían no ser muy importantes, pero hasta que no sepamos más acerca de ellos no podemos estar seguros".
Hay muchas preguntas sin responder: ¿Por qué los portales se forman cada 8 minutos? ¿Cómo se tuercen y se enrollan los campos magnéticos dentro del cilindro? "Estamos pensando mucho sobre esto en el taller", dice Sibeck.
Mientras tanto, muy por arriba de su cabeza, un nuevo portal se está abriendo, conectando así a su planeta con el Sol.
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